HYDROGEN | Barceló Sants

jueves, 29 de octubre de 2015

Lab Cuisine



Hace unos días tuve el placer de conocer la nueva carta del restaurante Hydrogen, ubicado en el interior del Hotel Barceló Sants.

Quizás nunca te hayas fijado en este enooooooooooooorme hotel de la Estació de Sants pero la próxima vez que pases por allí te recomiendo alzar la mirada y echar un vistazo para curiosear.

A parte de sus dimensiones y su buena conexión, ha sido recientemente rediseñado para transportarnos a otras galaxias, y es que su decoración se inspira en todo lo interestelar que te puedas imaginar.

Desde su Orbital Bar para tomarte unos fantásticos cócteles, su buffet Oxygen donde desayunar o comer manjares cósmicos como un auténtico astronauta o su propuesta más astral: el restaurante Hydrogen, donde los paladares más exigentes no querrán abandonar este planeta.

Los mejores productos de nuestra tierra, amplia oferta de vinos y unas creaciones dignas de las técnicas más futuristas son el mix perfecto para disfrutar de una velada espacial entre los elementos de la tabla periódica.

Bienvenidos a la nave gastronómica.




Comenzamos nuestro viaje con una parada técnica obligatoria, la de calmar nuestra sed y entablar conversación para romper el hielo.

Para ello nada mejor que un cóctel (en mi caso un fantabuloso Daikiri de fresa) y un poquito de pica pica: nueces con chocolate, patatas chips, snacks de manzana deshidratada y unos crujientes de wasabi bien picantes. 

Gran surtido de aperitivos en su bar Orbital.



El menú que probamos fue el Sants-tronómico, una excelente opción para catar gran parte de la carta en raciones reducidas, acompañado del mejor maridaje en cada momento.

Así pues, nos disponemos a conocer la propuesta del chef Ramón Ribas.

Comenzamos con una degustación de aceites de oliva arberquina y picual acompañada de diferentes panes artesanos. De todos los que probamos el que más llamó la atención fue el delicioso pan de patata, os lo recomiendo!

El primer plato fue  la Ensalada de verdes frescos con queso mató, piñones y vinagreta de miel-frambuesa y micromezclum.

Entrante ligero y delicioso para abrir boca, los sabores y texturas son pura delicia, su conjunto resultó muy delicado.



Continuamos con el que fue uno de mis favoritos de la noche, el canelón de faisán con crema de trufa negra.

Soy una yonqui de los canelones caseros bien hechos y aunque parezca extraño son más difíciles de encontrar que los rovellons (níscalos) en montes catalanes. 

El sabor de esta pieza fue deliciosa y su textura cremosa excepcional. Les doy entre un 10 y un 20 como mínimo.



Para equilibrar materias primas, llegó el pescado. 

Rodaballo grillé con la glasé de sus espinas, cebollitas, microvegetales y aceite de cenizas.

Este es uno de sus platos que lo lees y no sabes con lo que te vas a encontrar con semejante descripción pero lo cierto es que llegó un plato con producto de primera calidad y máxima frescura. 

A pesar de estar muy bueno y su cocción perfecta fue el que menos me sorprendió de todo lo que comimos.



Finalizamos la explosión de sabores con una espaldita de cordero lechal confitada, asada y deshuesada, con jugo de ajos tiernos.

No siento devoción por la carne pero esta elaboración me conquistó rotundamente. 

Sabor increíble y una ternura que se deshacía en la boca, un must have de la nueva carta que nadie en su sano juicio se puede perder.



Por fin llegó el momento más sweetie y nos deleitaron con una mousse de castañas con su terciopelo de chocolate blanco.

A priori pensé que sería un postre demasiado denso para finalizar la jornada pero nada más lejos de la realidad, me pareció ligero y sutil además de estéticamente precioso. 

La acidez de la grosella y la textura de la galleta le daba el puntito canalla para terminar de redondear los matices.



Un menú mediterráneo y equilibrado lleno de color e ingenio que no hubiese imaginado ni el mismísimo Marty McFly.

La última sorpresa fue una cajita con la forma de la mesa espacial que podemos encontrar en el hotel llena de comida envasada como si nos fuésemos al espacio. 

Un detalle original que agradó a todos, gracias y felicidades por el momentazo!

  • Por qué hay que ir? porque la calidad de la carta es suprema y seguro no te va a dejar indiferente
  • Volvería? sí, sin duda. También me animaré algún día a hacer un pre work en su buffet para cargarme las pilas antes de iniciar la jornada laboral o embarcarme en el AVE, que no es tan chachi como los cohetes pero seguro que lo cojo más a menudo.
  • Moraleja hay mil joyas gastronómicas escondidas (especialmente en este caso) dentro de muchos hoteles de Barcelona ¿las descubrimos?
  • Precio aproximado este menú cuesta 45 euros por persona IVA incluido, bebidas a parte.
  • Ubicación



HYDROGEN
Hotel Barceló Sants
Plaça dels Països Catalans s/n 
Barcelona
93 503 53 00
Web